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martes, 12 de octubre de 2010

Aplicación de frío en lesiones de partes blandas


Se denominan partes blandas a los músculos, tendones y ligamentos. Cuando se lesiona una de estas estructuras se lesionan también los vasos sanguíneos de la zona provocando una hemorragia. Como consecuencia aparece tumefacción, aumento de la presión en los tejidos, sensibilidad y dolor. Cuanto antes se controle la hemorragia antes comienza el proceso recuperación.
Es por ésto que en las lesiones de partes blandas se debe reducir el sangrado mediante el enfriamiento rápido. Será por tanto ésta la primera actuación que hagamos en el momento de producirse la lesión.

Efectos del frío

El enfriamiento de los tejidos produce:
  • Alivio del dolor por el adormecimiento que provoca en los receptores del dolor.
  • Efecto cicatrizante.
  • Minimiza la hemorragia, el edema y la tumefacción. Provoca vasoconstricción o cierre de los vasos sanguíneos.
  • Mejora el espasmo muscular provocado por la lesión facilitando la actividad muscular.
  • Disminuye el oxígeno en la zona donde se aplica el frío, lo que supone disminuir la propagación del proceso.
  • Mejora el drenaje linfático.
  • Pasados 25-30 minutos de su aplicación provoca una vasodilatación reactiva. Los vasos sanguíneos cerrados inicialmente con la aplicación de frío, se abren cuando cesa la aplicación. Ésto favorece la circulación evitando el estancamiento de toxinas en la zona lesionada.
La eficacia del frío en las lesiones deportivas disminuye a medida que pasan las horas desde que se inició la lesión. Así, se establece como norma general que en las 72 primeras horas, esto es, en los tres primeros días, el hielo resulta muy útil. Pero más allá pierde eficacia en cuanto a cortar la hemorragia se refiere.
Se aconseja acompañar la aplicación de hielo con estas otras medidas englobadas en el llamado método RICE. Estas iniciales hacen referencia, en inglés, a los términos Rest (reposo), Ice (hielo), Compresion (compresión) y Elevation (elevación).
  • Reposo significa descansar o bajar el nivel de la actividad.
  • Hielo o aplicación de frío.
  • Compresión de la zona lesionada sin provocar molestias ni adormecimiento de la zona. No debe estar excesivamente oprimido. La compresión se mantiene durante el día incluido los momentos en los que aplicamos el hielo y se retira por la noche.
  • Elevación de la zona lesionada por encima del corazón para favorecer el retorno venoso.

Modos de aplicación

Existen diferentes elementos que provocan el enfriamiento de los tejidos. El más común, por su sencillez y eficacia, es la aplicación de cubitos de hielo. En caso de ser una extremidad la lesionada, se puede introducir dicha extremidad en un barreño con agua y cubitos de hielo. Existen otros muchos productos comerciales con el mismo fin de enfriamiento como pueden ser los cold-packs, bolsas de frío instantáneo que no necesitan congelador ni nevera, spray frío, etc.
En cualquiera de las modalidades que se elija se deben seguir las siguientes pautas en su aplicación:
  • No aplicar nunca el hielo directamente sobre la piel para evitar quemaduras. Se colocará entre la piel y el frío una toalla fina o pañuelo.
  • No aplicar el frío de manera continuada más de 10-12 minutos. Pasados estos minutos ya se produce el efecto de adormecimiento. Entre una aplicación y la siguiente debe pasar un tiempo no inferior a 25 minutos. Pasados estos 25 minutos mínimo podría volverse aplicar otros 10-12 minutos de enfriamiento. (Un ejemplo de la aplicación de frío en una lesión podría ser poner hielo 3 veces al día. Cada una de estas veces consistiría en 10-12 minutos de enfriamiento, 30 minutos de descanso y otros 10-12 minutos de enfriamiento).
  • Podremos realizar el enfriamiento las primeras 72 horas tras haberse producido la lesión.

Otras recomendaciones

Pasadas las primeras 72 horas de la lesión podrá aplicarse calor. El calor será eficaz para controlar el dolor que todavía quede, mejorar la elasticidad el tejido y disminuir la rigidez. Se deberá aplicar durante un máximo de 15 minutos seguidos para no provocar un edema estático ni debilidad muscular. Podría completarse con una nueva aplicación de frío tras el calor.
El calor puede aplicarse en seco o en forma de calor húmedo siendo éste último más efectivo y con menos riesgos de provocar quemaduras.

Conclusiones

No hay realmente un consenso sobre la eficacia de los diferentes modos de aplicar el hielo, ni hay evidencias que indiquen cuál es el modo, duración y frecuencia óptimos de aplicación.
Es por ésto que siguiendo las precauciones y pautas descritas a lo largo de este artículo se conseguirá el efecto deseado sin correr ningún riesgo de poder empeorar la lesión.
A pesar de estas medidas caseras e inmediatas en el momento de la lesión no se debe olvidar que en todo lo relacionado con la salud conviene consultar con un profesional sanitario.
Fisioterapeuta Elena Alonso
www.elenafisio.com

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