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lunes, 24 de diciembre de 2012

3 mitos sobre las proteínas y la ganancia de músculo



Es obvio que todo el mundo ha oído hablar de las proteínas. Y casi todos sabréis que es un nutriente que lo encontramos mayoritariamente en carnes y pescados, que son necesarias para el correcto funcionamiento de nuestro organismo etc. etc. Sin embargo si os uno en la misma frase la palabra “proteínas” y la palabra “gimnasio”, la concepción de las proteínas seguramente os cambie radicalmente. Y es que, alrededor de las salas de acondicionamiento muscular surgen cuantiosos mitos y prejuicios acerca de las proteínas.
A la hora de ganar masa muscular, para unos son imprescindibles y las toman en desmesuradas cantidades a través de la alimentación y de suplementos. Para otros los suplementos de proteínas no son más que “atajos” que permiten muscular sin esfuerzo (frases típicas de esas personas son: “yo tomando proteínas también me pongo así”, “tomando proteínas cualquiera”).
Pero, ¿qué razón lleva cada parte? ¿qué dice la ciencia?. Vamos a explicaroslo, desmontando algunos mitos:

1. Para ganar músculo debo consumir una gran cantidad de proteínas

Es, posiblemente, la premisa más extendida en los alrededores de un gimnasio. “Si quieres muscular, debes comer muchas proteínas”. Sin embargo, el aumento de masa muscular es posible sin tener que recurrir a cantidades desorbitadas de proteína siempre y cuando el balance de energía sea positivo (aportemos más calorías de las que utilizamos). No hay evidencia científica de que sea necesario un exceso de proteínas (más de 1,6-1,8g/ kg peso) para ganar musculatura. Aportar más cantidad de proteínas hace que el exceso de éstas se oxide y no se utilicen  para la construcción de músculo.
Siendo así, si queremos ganar masa muscular no tiene sentido que centremos únicamente nuestros esfuerzos en el consumo de proteínas ya que el consumo total de energía (calorías) también va a influir notablemente en el resultado. Una dieta con un ingesta moderadamente hipercalórica y un aporte de 1,6-1,8g de proteína/ kg peso/ día (entendiendo que estas necesidades pueden variar según la modalidad deportiva, la destrucción muscular generada, la masa muscular del atleta y los depósitos de glucógeno) parece la mejor forma de ganar musculatura, debido a que para un aumento en la masa muscular sería necesaria una cantidad adicional de energía para sintetizar más tejido muscular. Por ello, el incremento adicional de unas 500 kcal/ día puede ayudar a aumentar 0,5 kg de peso magro por semana, especialmente durante el comienzo de un programa de entrenamiento de hipertrofia.

2. Es necesario que el deportista amplie su consumo de proteínas

Si bien es cierto que los estudios en atletas han encontrado que las necesidades proteicas de los deportistas son superiores a los de las personas sedentarias (ver cuadro 1), generalmente no es necesario recurrir a tomar mayores cantidades de alimentos y/o suplementos proteicos, ya que, con una dieta habitual con una adecuada periodización los requerimientos proteicos suelen verse alcanzados (Tipton KD, 2004)
Cuadro 1.  Ingestas recomendadas de proteína (g/kg de peso corporal) para individuos sedentarios y físicamente activos (Urdampilleta, Martínez-Sanz y Vicente-Salar, 2010)
GRUPO DE COLECTIVO                               
 CANTIDAD DE PROTEÍNA NECESARIA PARA TENER UN BALANCE DE NITRÓGENO POSITIVO                   (gramos x Kg peso corporal)   
Sedentario
0,8
Físicamente activos
1,0-1,4
Entrenamiento de fuerza Mantenimiento
1,2-1,4
Entrenamiento de fuerza
1,6-1,8
Ganancia de masa muscular
1,7-1,8
+ Ingesta calórica positiva (400-500 kcal/ día para ganar 0,5 Kg de músculo/ semana)
Entrenamiento de resistencia
1,2-1,4

3. Es obligatorio recurrir a suplementos de proteínas

Personalmente, en el consumo de suplementos de proteína suelo ver dos opiniones totalmente opuestas. Los que creen que son la panacea y que sin su batido de proteínas no pueden conseguir unos brazos musculados y los que piensan (quizá por el propio desconocimiento acerca de lo que realmente es un suplemento de proteínas) que eso no son más que “ayudas”, “trampas” o “atajos” poco saludables para conseguir el objetivo.

Pues bien, ni una cosa ni la otra. Algunos estudios sobre adolescentes y ancianos que entrenan la fuerza sugieren que un aumento de la ingesta proteica mediante suplementación puede aumentar la ganancia muscular y otras investigaciones afirman que una cantidad adicional del contenido proteico en la dieta en forma de suplementos de aminoácidos o aislados de proteínas es necesaria para conseguir un rendimiento óptimo.
Sin embargo otras investigaciones sobre culturistas y practicantes de fitness no han encontrado que la toma de suplementos de proteína supongan una ventaja adicional.  Por tanto, los suplementos sí pueden ser útiles en determinadas circunstancias (se necesite una muy rápida recuperación, no se disponga de alimentos necesarios…) pero no son imprescindibles. Pues tal y como señala Kevin Tipton en el libro “From lab to kitchen”: “No hay evidencia suficiente que sugiera que la proteína en forma de suplemento es superior a la ingerida como parte de los alimentos. Las investigaciones recientes demuestran que la proteína de los alimentos aportan respuestas anabólicas (de crecimiento muscular) similares a las que se obtienen a partir de los suplementos de proteínas”
Por último, lo que es seguro es que por mucha proteína o suplementos de proteínas que se tomen, si no se acompaña de un buen entrenamiento de hipertrofia, las adaptaciones obtenidas serán cero. Por tanto y por todo lo expuesto, la postura de considerar los suplementos como “atajos” para ganar músculo (como si de ayudas dopantes se tratara) no tiene sentido.

lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Qué efectos reales tiene el alcohol sobre nuestro cerebro?


 http://www.medciencia.com/wp-content/uploads/2012/10/alcohol_y_cerebro.jpg

Sobre el alcohol, al ser una bebida tan popular por ser una de las drogas legales actualmente (junto al tabaco), sabemos ya bastantes cosas. Como ya os comenté en su día en el artículo “¿Por qué se produce la resaca?”, el alcohol afecta a varias regiones de nuestro cuerpo, entre ellas y de forma muy marcada, nuestro cerebro, que será el tema en el que nos centraremos hoy.
Como ya sabréis, el alcohol tiene efectos depresivos (y por eso es muy peligroso mezclarlo con las bebidas energéticas, ya que mezclamos efectos depresivos con estimulantes), pero sin embargo tiene un efecto de estímulo indirecto, que puede que la mayoría desconozca pero si lo sienta.
Lo que ocurre con el alcohol es que altera el correcto funcionamiento de los neurotransmisores, esos pequeños mensajeros cerebrales que lo controlan prácticamente todo, como el pensamiento, el comportamiento o las emociones. El alcohol afecta tanto a los neurotransmisores “excitadores” (como la famosa dopamina, causante de las adicciones y del “efecto recompensa”, o el glutamato, que aumenta los niveles de energía cerebral), como a los neurotransmisores “inhibidores” o depresivos, como el GABA, que reduce la energía y provoca efectos de calma.
Por ejemplo, para que os hagáis una idea, los medicamentos como el Valium ® (Diazepam) tienen como misión aumentar la producción del neurotransmisor GABA, aumentando su efecto de reducción de energía, y provocando la sedación y la calma. El alcohol también hace esto, aumenta los efectos de GABA, y por ello se prohíbe beber alcohol tomando estos medicamentos, porque una combinación puede sedar en exceso y el resultado puede ser fatal.
Por otra parte, el alcohol disminuye el neurotransmisor estimulante como el glutamato, y por ello se altera el pensamiento, el habla o el movimiento, se ralentiza, ya que se aumenta el “efecto depresivo” a la vez que se disminuye el “efecto estimulante”. En definitiva, todo se ralentiza, y por eso los borrachos acaban más de una vez en el suelo con relativa facilidad.
Pero, si tan malo es, ¿por qué se sigue consumiendo? Aquí viene el truco del alcohol: aumenta la liberación de dopamina, dando lugar a la activación del circuito de recompensa en el cerebro, produciendo placer, y en consecuencia más ganas de seguir consumiendolo y de repetir en más ocasiones. Se sigue bebiendo buscando mayor liberación de dopamina, pero al mismo tiempo se alteran otros circuitos como el del glutamato o de GABA, sin que le demos importancia por estar cegados con la dopamina.
Además, con el tiempo nos volvemos más tolerantes, es decir, el efecto placentero de la dopamina disminuye y se busca beber en más cantidad para llegar a los niveles anteriores de dopamina, hasta llegar al punto de quedar enganchado y volverse alcoholico.
Como véis, los efectos del alcohol a nivel cerebral son más complejos de lo que parece a primera vista (bueno, el cerebro es un órgano muy complejo de por si, y si añadimos el vasto y extenso mundo de los neurotransmisores, ahí hay que cogerlo con paciencia). Al menos, para la próxima vez, ya sabéis porque el alcohol no es tan “depresivo” como se dice, ya que no lo acabamos notando, y porque buscamos repetir.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Una hora de Educación Física diaria es posible!! Y necesaria











   Parece ser que tanta insistencia (la última: varias cartas dirigidas al ministerio de Educación, Cultura y Deportes, a colación de la nueva ley de educación) demostrando esta necesidad en nuestra sociedad, puede empezar a tener resultados.


  El colectivo de profesores de educación física lleva varios años reclamando la imperiosa necesidad de que en los centros educativos se imparta al menos una hora más de Educación Física a la semana al igual que en varios países de Europa o como por ejemplo Finlandia, que es el nº1 en el ranking PISA, que evalua la calidad del sistema educativo y donde las horas de educación física son 5 semanales.       
   Si todavía queda algún incrédulo que piense que los beneficios físicos que aporta el deporte no son para tanto, tal vez se decida a practicarlo sólo para ser 'el más listo de la clase'. Científicos suecos, liderados por María Alberg, del Instituto de Neurociencias y Fisiología, han llevado a cabo un estudio que constata por primera vez que los jóvenes con buena forma física puntúan más alto en los test de inteligencia.
  "La habilidad del cerebro para minimizar los efectos de las lesiones a través de cambios estructurales o funcionales se llama plasticidad cerebral. El ejercicio físico y por extensión la resistencia cardiorrespiratoria es un factor que afecta de forma importante a dicha plasticidad", recuerda Michael Nilsson, uno de los autores del trabajo que ha visto la luz en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.
  De hecho, y tal como relata este especialista, los ensayos llevados a cabo con "roedores han constatado que el ejercicio físico mejora la memoria y la cognición. Nuestro trabajo es el primero con jóvenes que revela una asociación positiva entre la resistencia cardiorrespiratoria y la mejora de las habilidades cognitivas en una muestra larga de varones".
 Los datos muestran claramente que aquéllos con mejor forma física fueron los que puntuaron más alto en los tests de inteligencia, sobre todo en los de pensamiento lógico y comprensión verbal. "Estar en forma significa que también tienes un buen corazón y mejor capacidad pulmonar y que el cerebro recibe oxígeno suficiente. Esto puede ser una de las razones por las que puede existir una clara relación entre ejercicio y aptitud, pero una mayor inteligencia no se relaciona con la fuerza muscular", aclara el doctor Nilsson.
  Otro hallazgo interesante es que "mejorar la actividad física entre los 15 y los 18 años eleva las habilidades cognitivas cuando se alcanza la mayoría de edad", agrega.
  Estudios llevados a cabo "con niños han demostrado que el ejercicio aeróbico vigoroso mejora la cognición algo que no logra la actividad física moderada, lo que también confirma una asociación entre deporte y mejora de la inteligencia", reza el trabajo.
  De hecho, los que estaban en mejor forma tenían niveles más elevados de estudios y trabajos mejor remunerados que los no aficionados al deporte.
Para que variables, como la genética, que puede determinar la inteligencia, no influyeran en los resultados de la investigación, los autores compararon los datos obtenidos de los participantes con los de sus hermanos incluidos en el ensayo. Al parecer, la relación entre ejercicio y mejor coeficiente intelectual se produce al margen de la herencia.
"La educación física es un tema que ocupa un lugar importante en las escuelas, y es una necesidad absoluta si queremos hacerlo bien en matemáticas y en otras asignaturas teóricas", recuerda Michael Nilsson.
Adjunto una noticia que está divulgando el Ilustre Colegio Oficial de Licenciados en Educación Física y en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.
Fecha : 27/11/2012        Título : Ana Mato propone una hora diaria de ejercicio físico y deporte para los niños

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Ana Mato, ha anunciado que está trabajando con el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para buscar alguna «fórmula» para implantar una hora diaria de ejercicio físico y deporte en todos los colegios españoles.
 
Mato ha recordado que las cifras de obesidad y sobrepeso en edad infantil en España son «dramáticas», ya que hasta un 45 por ciento de los niños de 6 a 9 años sufre exceso de peso (26% sobrepeso y 19% obesidad). Por ello, y dado que «los hábitos que se aprenden de niños son los que quedan en el futuro, según ha recordado, su objetivo es ampliar la actividad física que se practica en horario escolar, que actualmente suele ser de entre dos y tres horas semanales en función de la edad y el centro

Es necesario recordar que esta intención está publicada en el Plan Integral para la Actividad Física y el Deporte, que aboga por un incremento paulatino de las horas de Educación Física hasta el año 2020, momento en el que se debería convertir en una materia diaria. Las informaciones son confusas, e incluso se habla de no aumentar las horas de Educación Física, sino de motivar al alumnado para la práctica.
 
Independientemente de lo que pase, es un punto de partida para luchar por algo que defendemos desde este colectivo y que en muchas ocasiones, profesores y profesoras, maestros y maestras de Educación Física en Asturias (y amplío, en España) reclaman: Mínimo 3 horas de Educación Física Semanal).