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jueves, 4 de febrero de 2016

LA PERIOSTITIS TIBIAL, UNA DE LAS LESIONES MÁS COMUNES DE LOS CORREDORES

Una de las lesiones más frecuentes entre los corredores es la periostitis tibial. Ésta se produce por una inflamación en una membrana que recubre el hueso de la tibia llamada periostio. Esta membrana está vascularizada y, por la tanto, su función es la de nutrir y sensibilizar al hueso.  El periostio queda situado alrededor de la superficie la tibia, a excepción de zonas de inserción ligamentosa, inserción tendinosa y zona articular.
Podemos hablar de dos tipos de periostitis. Así nos encontramos con la periostitis tibial anterior y con la posterior, aunque la más frecuente entre los corredores es la anterior, que refiere dolor en la zona anterior de la tibia (en la zona de la espinilla). El dolor aparece de forma gradual, da sensación de quemazón, parece incluso que la tibia arde y  que aumenta con la intensidad de la carrera pero no se acaba de ir cuando disminuimos la intensidad o paramos.

¿POR QUÉ SE PRODUCE LA PERIOSTITIS?

La periostitis está producida por un continuo traumatismo del pie con el suelo, que hace que el músculo tibial anterior traccione para estabilizar la tibia y se produzca la inflamación de la membrana que recubre el hueso.  La acumulación de estos impactos en el periostio puede llegar a producir su inflamación y ésta comprometerá la llegada del  riego sanguíneo y del estímulo nervioso. Estos impactos transmitidos por un entrenamiento intenso, por un terreno duro, un apoyo incorrecto, por andar pendiente abajo, calzado deportivo inadecuado, pueden ser la causa de esta molesta lesión que es demasiado frecuente en el entorno de running.
Foto: Blogdelrunner.com
Foto: Blogdelrunner.com
Muchas pueden ser las causas que pueden producir esta patología, por lo que es importante que estemos pendientes de varios aspectos como son:
1. El calzado deportivo. Es muy importante escoger una zapatilla adecuada. De esta forma, es clave elegirla de acuerdo con el terreno donde tengamos que hacer la práctica deportiva, según el peso del corredor, según la posición del pie y según el volumen y/o intensidad del entrenamiento.
2. Problemas biomecánicos. Es aconsejable acudir al podólogo para realizar un estudio biomecánico de la pisada que nos permita saber cuál es la forma y la función de nuestros pies y cómo afectan a la torsión de la tibia. Por ejemplo, un pie pronado aumentaría la torsión tibial interna y esto será determinante en el proceso de inflamación a nivel de periostio.
3. Volumen y/o intensidad de entrenamiento inadecuadas. Controlar estas variables es relevante porque en el momento en que saturemos en exceso la membrana del periostio se producirá la inflamación y aparecerá la lesión.
4. Superficie de entrenamiento. Practicar deporte sobre superficies demasiado duras repercutirá sobre la tibia y con ello un incremento de las posibilidades de padecer patologías en torno a ella.
5. Preparación muscular del corredor. Es recomendable realizar ejercicios exclusivos para fortalecer la musculatura de la zona de manera específica como pueden ser, los gemelos, soleo tibial posterior y peroneo lateral corto y peroneo largo.
Una vez aparecida la periostitis, deberemos acudir a profesionales para que ayuden a solucionar y evitar este tipo de dolencias en futuras ocasiones. De esta forma, el podólogo será el aliado perfecto para ayudarnos a escoger el tipo de calzado deportivo y tratar cualquier tipo de problema biomecánico que a través de los impactos producidos durante la marcha pueda generar cualquier tipo de afección o molestia. Junto a él, el fisioterapeuta podrá mejorar la dolencia a través de preparación muscular específica y el entrenador o preparador físico controlando el volumen y la intensidad de los entrenamientos.

¿CÓMO PODEMOS TRATAR LA PERIOSTITIS?

Como cualquier otro tipo de lesión, el mejor tratamiento para la periostitis  es el trabajo previo, una buena prevención. Por eso, incidimos en que hay que tener cuidado con las superficies duras, con las zapatillas con demasiada estabilidad o que son para un peso superior al nuestro, ya que produciremos una vibración peligrosa a nivel de periostio y acabará inflamándose. Por lo contrario, si usamos unas zapatillas demasiado blandas y tenemos un tipo de pie que por compensación biomecánica, nos hace rotar esa tibia también llegara a producirse la lesión. Por eso es muy importante la correcta elección del calzado deportivo.
Como se ha comentado anteriormente, será esencial la realización de estiramientos específicos que puede indicarnos nuestro fisioterapeuta para fortalecer la zona y la planificación del entrenamiento,  correr a un volumen y/o intensidad adecuada según crea conveniente nuestro preparador físico.
Una vez que la  lesión  se instaure y comience a dar problemas,  los pasos a seguir serán los siguientes. En primer lugar, la aplicación de frío en la zona y pomadas antiinflamatorias con un suave masaje por la zona de dolor. Otro opción de tratamiento que esta demostrando buenos resultados es la aplicación de la técnica EPI sobre la zona afectada. Es una técnica mínimamente invasiva que produce un estimulo regenerativo sobre el periostio con una buena recuperación.  Últimamente, en el deporte ya se está dejando la medicina convencional un poco de lado y se está comenzado a tratar con medicina biorreguladora, que se trata de un antiinflamatorio que se toma con otro tipo de medicación encargada de drenar el edema de la zona  y que está funcionando muy bien en la resolución de este tipo de patologías, sin ningún tipo de efectos secundarios y sin problemas de doping positivo en la alta competición.


Por otro lado, se recomienda para evitar la periostitis utilizar calcetines de compresión ya que muchas veces esa sujeción es suficiente para mejorar y aliviar la sintomatología.

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