Perder peso o cambiar la composición corporal?
Obviamente, si tratamos un caso de obesidad, la prioridad sería perder peso
pero cuando hablamos de sobrepeso o que una persona está rellenita,
significa que está un poco por encima de su figura ideal lo cuál no
siempre significa que está pasada de peso. La explicación es fácil; la
composición corporal comprende la fisiología del ser humano y en ella
los dos factores más desequilibrantes para el metabolismo, la grasa (tejido adiposo) y la musculatura.
Estos dos parámetros van unidos de la
mano por lo que uno influye sobre el otro. Cuanta mayor proporción de
tejido muscular contenga un cuerpo, más consumo generará en su actividad
metabólica y celular. De este modo, dos personas de la misma estatura y
peso pueden tener un consumo calórico totalmente distinto después de
realizar una acción/ejercicio de manera idéntica. Esto viene a decir que
el metabolismo basal de la persona más musculosa será más elevado y su gasto calórico durante el día también será más alto.
Se puede dar el caso incluso que a nivel
visual una persona parezca más pesada y voluminosa que otra con un
cuerpo más compacto y musculado y que en realidad la persona con mejor
figura sea la que más pesa sobre una báscula. Esto es debido a que como
podéis ver en la imagen superior, el músculo es mucho más compacto que
la grasa pero a la vez más pesado. Con esta aparente incongruencia, el
peso total de una persona pierde importancia en el campo de la estética y
pasa a un segundo lugar. Lo importante es la distribución de la materia
que compone nuestro cuerpo y no la suma global que la mayoría de
personas usa para sacar una valoración real y clarificadora que tantas
veces produce un error en las medidas tomadas para el remedio. Cabe
decir que en deportes de prestación, a veces si que se busca un peso
concreto sobretodo cuando las categorías se definen por pesos.
Medidas para transformar tu cuerpo
Hay varias cosas a tener en cuenta
cuando queremos cambiar nuestra composición corporal pero sobretodo hay
que tener una cosa por encima del resto y se llama voluntad.
No hay remedios milagrosos que prometan resultados permanentes ni
soluciones a largo plazo sin esfuerzos. Será necesario mentalizarse para
trabajar duro a pesar que los primeros resultados afortunadamente se
puedan ver a corto plazo, el final del camino suele traducirse en un
cambio de vida y hábitos permanente que realmente no tiene final. Nos
vamos a centrar en 3 campos básicos:
La musculatura. Construir músculo
va a ser uno de los pilares que nos van a facilitar el resto del
trabajo. A primera vista, una persona con exceso de grasa puede pensar
que su urgencia es machacarse con infinitas sesiones de entrenamiento
cardiovascular y comer de forma más sana. Seguramente que mejorará
respecto a su condición inicial porque ya estará haciendo algo que antes
no hacía pero no es el mejor camino.
Es importante priorizar una base muscular que nos dará un aumento metabólico basal
y lograremos generar un consumo más elevado respecto a los niveles
anteriores durante el día. Una persona que se adelgaza y además de
manera rápida, también corre el riesgo de perder mucha masa muscular y a
consecuencia ralentizar en metabolismo. Eso se traduce en más
dificultades para quemar calorías en tu día a día. En definitiva, es muy
positivo dedicar unas horas en ir a un gimnasio y pisar la sala de
musculación. Sobretodo esas mujeres que creen en el falso mito que hacer
pesas las va a voluminizar.
Los ejercicios metabólicos o de alta
intensidad son ideales después de un proceso de adaptación una vez
hayamos logrado una base de entrenamiento, como también las sesiones de
desarrollo muscular con cargas submáximas. También será importante
descansar bien para asegurar la recuperación adecuada de la musculatura.
Hábitos nutricionales. En
segundo término, la alimentación será una de las claves. No es sólo un
tópico y es cierto que somos los que comemos. Es aconsejado llevar una
alimentación equilibrada y dejarse aconsejar por un experto para
asegurar que te estás alimentando conforme a tus objetivos. El número de
comidas al día es determinante para asegurar un ritmo metabólico
elevado ya que obliga al aparato digestivo a estar más activo y consumir más calorías en su digestiones. Se recomiendan hacer unas 5 comidas al día para tener un buen balance.
Ejercicio cardiovascular. En fases iniciales es recomendable priorizar ejercicios de media-alta intensidad
para quemar un posible exceso de grasa y glucógeno (carbohidratos). Las
sesiones serán más bien cortas y fraccionadas para asegurar la
intensidad. También pueden alternarse con ejercicios musculares como en
circuitos. En fases avanzadas es más viable pasar a actividades
cardiovasculares de larga duración y baja intensidad para centrarnos en
el consumo especialmente de materia grasa y a la vez conservar los
niveles de musculatura. Otra opción es entrenar en ayunas para llegar a la grasa de reserva.
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