Sí. Y también por
Mercadona cuando me vende su producto homólogo de la marca
Hacendado…
por no hablar de prácticas bastante similares que hacen otras casas
comerciales. ¿Eso implica que estas empresas cometan alguna ilegalidad
cuando publicitan las propiedades saludables (
“Health claims”) del
Actimel
u homólogos? No. Todo lo que hacen no solamente es legal sino que está
amparado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), la
misma que durante mucho tiempo les ha prohibido publicitar ciertos
eslóganes. Entonces… ¿ha cambiado de parecer la EFSA ante nuevos
estudios presentados por Danone u otras empresas? No. Simplemente que
las empresas implicadas, principalmente
Danone y Mercadona,
han sido más listas que la EFSA encontrando un resquicio legal del cual
aprovecharse. Sin embargo, y dejando claro que es una opinión personal,
la estrategia de marketing empleada por estas grandes empresas me
parece
éticamente impresentable, por no decirlo de una forma más contundente. Veamos.
En el
post publicado el pasado jueves mostramos
los grandes problemas que ha tenido Danone en los últimos años en
distintos países para poder publicitar la posible relación entre el
consumo de su producto estrella, el Actimel, y su efecto positivo sobre
la lucha contra las enfermedades gastrointestinales y que se saldaron
con un informe negativo de la EFSA prohibiendo tal publicidad. Además,
la multinacional con sede central en París ha visto como era sancionada
por anunciar que el consumo del Actimel
“activaba nuestras defensas”… hasta tuvo que quitar la famosa palabra “
inmunitas” que aparecía después del archiconocido
Lactobacillus casei.
Pues bien, hace una semana mi mujer se abrió una cuenta de twitter y
tuvo el detalle de dedicarme su primer tuit poniendo en él una lista de
productos que debía comprar en Mercadona, y entre los que se encontraba
una caja de “
Actimeles” para nuestra hija
(porque para ella lo mejor de lo mejor) y otra del producto equivalente de la marca “
Hacendado” para nosotros
(porque hay que ahorrar)…
y al acercarme a la línea de refrigerados y ver el producto de la marca
blanca (o como quieran llamarla) de Mercadona me llevé un sorpresón.
Como pueden ver en la fotografía, y debajo de un rótulo donde
Lactobacillus casei ocupa casi toda la cubierta, aparece el siguiente lema
“Ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario“.
Asombrado porque no tenía ni idea de que la EFSA hubiese aprobado esa
“health claim” para el dichoso bichito, rápidamente me fui a la lista de
ingredientes por si era una cepa nueva y me encontré que el
microorganismo en cuestión usado por Hacendado era
Lactobacillus paracasei…pero de éste la EFSA jamás ha aprobado nada.
Inmediatamente miré a mi izquierda y allí estaban los “Actimeles” de
mi hija mirándome con sonrisa picarona y con un similar eslogan
publicitario
“Ayudan a tu sistema inmunitario”… más o menos la misma publicidad por la que en el Reino Unido la
Advertising Standards Authority
empapeló a Danone. Así que, con más miedo que vergüenza, repetí lo
hecho anteriormente con las leches fermentadas de Hacendado y miré si
Danone había cambiado de bichito pero no, ahí estaba el famoso
Lactobacillus casei DN-114001 exclusivo de Danone para el que jamás se había aceptado esa alegación inmunitaria… ni ninguna otra.
Pero como el diablo sabe más por viejo que por diablo, y uno ya las
ha visto de todos los colores en el sector de la industria alimentaria,
miré con lupa la etiqueta de Hacendado y encontré un pequeño asterisco
que te llevaba a un lateral del envoltorio donde, en letra minúscula,
ponía:
“La vitamina B6 contribuye al normal funcionamiento del
sistema inmunitario. Se recomienda el consumo de una unidad al día que
ACOMPAÑADO de una alimentación variada y equilibrada y un estilo de vida
saludable pueden aportar al menos el 15% de la CDR en vitamina B6”.
¿Cómo cómo? ¿Que a pesar de que siempre se nos ha intentado vender que el
Lactobacillus casei (o
paracasei
en este caso), ese que aparece en letras enormes en la etiqueta, era el
responsable de la ayuda al sistema inmunitario publicitada, no es dicho
microorganismo sino la archiconocida vitamina B6 la responsable de
dicha alegación
y si no sacamos la lupa no nos enteramos?
Como podrán imaginar a continuación me dirigí al Actimel de Danone y, efectivamente, la jugada se repetía…
le habían puesto vitamina B6 a los ingredientes y, con el sistema del asterisco, le atribuían a este micronutriente la ayuda al sistema inmune y no a su exclusivo
Lactobacillus casei DN-114001…que ahí seguía en su papel de protagonista.
El
siguiente paso ya se pueden imaginar cual pudo ser… pasar olímpicamente
de la lista de la compra del tuit de mi mujer y comprobar qué dice la
EFSA sobre la vitamina B6 en el reciente
“Reglamento (UE) nº
432/2012 por el que se establece una lista de declaraciones autorizadas
de propiedades saludables de los alimentos”… y allí estaba escrito, en la referencia EFSA Journal 2009; 7(9):1225, que
la vitamina B6 contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario
cuando se cumplen ciertas condiciones marcadas en el anexo del
Reglamento (CE) no 1924/2006…y que luego analizaremos porque es posible
que ustedes se cabreen si se lo cuento antes de tiempo.
A estas alturas del post debemos hacer una breve recapitulación. Para
poder poner el ansiado eslogan de las ayudas al sistema inmunitario tan
asociado por el consumidor a este tipo de productos, y además no
solamente no tener que tener que retirar las palabras
Lactobacillus casei sino que sigan siendo las predominantes en la publicidad, las dos casas comerciales,
Danone y Hacendado, habían añadido la cantidad mínima de Vitamina B6 (en el caso de Danone también vitamina D) requerida por el Reglamento anteriormente citado para poder decir que su consumo
“Ayuda al normal funcionamiento del sistema inmunitario”.
Pero entonces,
¿el famoso Lactobacillus casei DN-114001 exclusivo
de Danone sirve para algo más que cualquier microorganismo presente en
un producto lácteo fermentado o en otro probiótico tradicional como es
el caso de un yogurt? No, y la prueba es que
Mercadona utiliza un microorganismo totalmente distinto, nada exclusivo y
que no ha sido sujeto a tantísimas investigaciones científicas, pero
publicita exactamente lo mismo respecto al sistema inmunitario…
debido al único ingrediente común que tienen: la vitamina B6.
Pero
antes de seguir hablando de las propiedades nutricionales y saludables
del Actimel, y viendo el envase de uno de sus productos, se me ocurre
una pregunta que hacerles a los señores de Danone. Si el microorganismo
en cuestión no es el responsable de la ayuda al sistema inmunitario de
su producto… ¿no creen ustedes que poner
un dibujo de un microscopio en su etiqueta diciendo que apoyan al Instituto Pasteur en la investigación del sistema inmunitario no es otra forma de intentar confundir al consumidor haciéndole creer que su
Lactobacillus casei DN-114001 es el responsable de su famoso eslogan? Yo creo que sí, y además me recuerda a cuando las patatas
Lays Mediterráneas
fueron sancionadas por poner en su envoltorio alusiones constantes al
aceite de oliva y luego se comprobó, tal y como comentamos en un
post, que en la composición de su producto la presencia de este tipo de aceite era mínima… en fin, ustedes sabrán.
Aunque cada vez me iba cabreando más, lo mejor estaba aun por venir.
Me había quedado intrigado por saber qué ponía exactamente el famoso
documento de la EFSA
en el que se aprobaba la vitamina B6 como ingrediente que contribuye al
funcionamiento normal del sistema inmunitario por lo que lo busqué para
leerlo…
y siguieron las sorpresas.
En el citado informe de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, y
que no ocupa más de medio folio, aparece un párrafo donde se indica que
no solamente no hay evidencias que la ausencia de un aporte
externo de vitamina B6 pueda perjudicar el funcionamiento normal del
sistema inmunitario, sino que dicha vitamina se puede conseguir sin
ningún tipo de problema con una dieta equilibrada, por lo que no hay que recurrir a suplementos externos…
¿pero esa vitamina es difícil de encontrar?
La vitamina B6 es una vitamina hidrosoluble que se presenta en tres formas intercambiables. La forma original es la
piridoxina; las formas fosforiladas, el
fosfato de piridoxal y el
fosfato de piridoxamina, son coenzimas en las reacciones de transaminación. Pues bien, es tan frecuente la presencia de vitamina B6 en los alimentos (
se
encuentra en el germen de trigo, carne, huevos, pescado y verduras,
legumbres, nueces, alimentos ricos en granos integrales, panes y
cereales enriquecidos…
incluso en la propia leche
con la que se elaboran los probióticos hay vitamina B6) que las
deficiencias dietéticas de este producto son muy raras…. así que si el
hecho de consumir este producto lácteo bien sea de la marca Danone o de
la marca Hacendado es por favorecer el sistema inmunitario, que sepan
que esto lo están consiguiendo ustedes a diario
sin necesidad de suplementar su dieta.
Ya, pero al ser el Actimel o el producto de Hacendado un alimento funcional enriquecido en vitamina B6,
la cantidad de ésta será superior a la presente en un alimento normal no enriquecido ¿no?
Pues evidentemente dependerá del alimento en cuestión con el que lo
comparemos pero, a modo de ejemplo, estudiemos el contenido de vitamina
B6, y por tanto su potencial efecto sobre el sistema inmunitario, de un
producto de los más consumidos en nuestro país y con el que meriendan
muchos niños al igual que con el Actimel:
el plátano.
En
la tabla adjunta se pueden observar los requerimientos dietéticos
recomendados para la vitamina B6. Según el informe de la EFSA un
alimento enriquecido en Vitamina B6 podrá poner en su publicidad que su
consumo puede “ayudar al normal funcionamiento del sistema inmunitario”
siempre y cuando aporte
el 15% de la cantidad diaria recomendada de dicha vitamina por lo que se necesitarán, de acuerdo con dicha tabla, aproximadamente los
0.20 mg por 100 ml (quizás un poco más)
que indica el botecito del probiótico de Danone o el de Hacendado…
¿y cuántos mg de Vitamina B6 nos aporta un plátano? ¿Seguro que quieren saberlo?
Pues ni más ni menos, y según datos tomados de varias tablas de
composición de alimentos como la que se puede observar en la figura,
0.66 mg… ¡3.3 veces más que nuestros probióticos tan guays!
Sí, les estoy diciendo que un plátano ayuda a su sistema inmunitario
más del triple de lo que puede hacerlo los productos protagonistas del
post de hoy… por no hablar de la gran cantidad de
otras propiedades nutricionales que tiene el plátano.
Pero para acabar la faena voy a decirles por cuanto nos sale
económicamente
la broma del Actimel comparada con la del plátano. Un pack de 6
botecitos del producto estrella de Danone vale 3 euros, a 50 céntimos la
unidad. En la misma superficie comercial una bolsa que contenía 6
plátanos costaba 1.01 euros, a 0,168 euros el plátano…
¡¡unas 3 veces menos!! En
el caso de la marca blanca de Mercadona, el botecito de probiótico sale
a 0.29 euros la unidad, 1.72 veces más caro que el plátano… sin
comentarios.
Conclusión:
Un
plátano, cuyo precio es tres veces menor, proporciona más del triple de
Vitamina B6, la única responsable de la ayuda al sistema inmunitario
según los dictámenes oficiales de la EFSA, que un botecito de Actimel, y en el caso de la marca Hacendado el resultado es muy similar. Eso sí,
en
la piel del plátano no viene ningún microscopio dibujado, ni ninguna
alusión al Instituto Pasteur, ni ningún eslogan publicitario… es lo que hay.
Estimados señores de Danone, estoy absolutamente de acuerdo con
ustedes, tal y como expresan en su página web apoyados por distintas
asociaciones de nutricionistas y diferentes profesionales del sector, en
que los correos que están circulando por internet acerca de
los riesgos de consumir Actimel son absolutamente infundados. Sin embargo, no puedo estar de acuerdo, ni con ustedes ni con Mercadona, en el modo de proceder en sus
campañas publicitarias.
Como dije el pasado jueves no hay cosa que más me duela que intenten
tomarme el pelo con medias verdades… y eso es lo que, a mi entender,
están haciendo ustedes
intentando confundir gravemente al consumidor.
Pero como en
“Casa Scientia” no tenemos el más mínimo
interés comercial, les voy a reconocer una cosa. A pesar de que todo lo
expuesto en el post es absolutamente cierto y contrastable, la versión
que les he contado acerca de mi visita a Mercadona no es del todo
exacta. Conozco desde hace mucho tiempo cuáles han sido los movimientos
de Danone y Hacendado (
recordemos que el documento de la EFSA es del 2009) así que yo no me llevé sorpresa…
pero otros sí.
En
el transcurso de los siete días que llevo elaborando las dos entradas
que ustedes han podido leer en el blog acerca de este tema, he realizado
una
encuesta a 100 personas consumidoras de sus
productos. Pues bien, cuando les pregunté acerca de cuál era el
ingrediente que proporcionaba la ayuda al sistema inmune todas,
absolutamente todas, contestaron rápidamente que el famoso
Lactobacillus casei…
por lo que el éxito de la estrategia de marketing de sus dos empresas
es espectacular. No me cabe ninguna duda, señores empresarios, que
podrán imaginarse
la cara de asombro que pusieron cuando les
conté que la verdadera responsable era la vitamina B6 que podían
encontrar en casi cualquier alimento, pero si hubiesen visto su
reacción de indignación al contarle la historia del plátano a lo mejor entenderían el mensaje que les he mandado en estos dos posts…
salvo que quieran ganar otro premio de los muchos que ustedes llevan concedidos por exhibir una publicidad más que dudosa.
Sin embargo, ya saben que en este blog nos tomamos las cosas con un
poco de humor y no solamente no vamos a ponernos dramáticos, sino
que les voy a dar una idea para su próxima campaña publicitaria… y sin cobrarles ni un céntimo que en
Scientia vamos sobrados.
Al
leer detalladamente todos los informes de la EFSA relativos a la
Vitamina B6, me he dado cuenta que no solamente ustedes están legalmente
respaldados para publicitar que sus productos sirven para ayudar al
sistema inmunitario, sino que
la EFSA también les permite poner en la publicidad del Actimel y similares que sus dichosos probióticos
pueden
ayudar al funcionamiento normal del sistema nervioso, a la síntesis
normal de la cisteína, al metabolismo energético normal, al metabolismo
normal de la homocisteína, al metabolismo normal de las proteínas y del
glucógeno, a la función psicológica normal, a la formación normal de
glóbulos rojos, a disminuir el cansancio y la fatiga y a regular la
actividad hormonal… y todo amparado por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.
Pero entonces… ¿por qué no ponen todo eso en la etiqueta de su
milagroso producto? Una posible razón podría ser que más que una
etiqueta necesitarían un pergamino pero yo creo que por ahí no van los
tiros. Me inclino más a pensar que si anuncian que sus productos tienen
todas esas propiedades saludables
podrían distraer al consumidor de su objetivo principal que no es otro, como ha quedado demostrado en este post, que la gente siga relacionando el
Lactobacillus casei con el sistema inmunitario… ¿o no pillines?
Bueno señores les dejo que yo me voy a tomar un plátano en vez de un Actimel para “
ayudar a mis defensas”, y no solamente porque prefiera pagar 0.25 céntimos por cada miligramo de vitamina B6 en vez de 2.5 céntimos (
¡10 veces menos!), sino porque los que ya tenemos una edad nos sentimos más identificados con
Mowgli y Baloó que con los chicos del “
Equipo Actimel“…